MOVIMIENTO DE OBREROS Y TRABAJADORES CLASISTAS


NUEVA ENTREGA: REVISTA BANDERA ROJA N° 2






¡Proletarios de todos los países, uníos!



SOBRE EL MOVIMIENTO DE OBREROS 
Y TRABAJADORES CLASISTAS.


Teniendo como guía el marxismo-leninismo-maoísmo y habiendo sancionado la Línea política general de nuestro partido, hemos esbozado la línea política específica para el movimiento de obreros y trabajadores clasistas; considerando que este movimiento es pilar fundamental del frente único popular, el cual a su vez, es el tercer instrumento de la revolución y sustento del nuevo Estado democrático popular. El presente documento consta de tres partes:

-          El proletariado y las masas populares

-          La lucha económica y la lucha por el poder

-          La línea de clase en el movimiento de obreros y trabajadores.





I.    EL PROLETARIADO Y LAS MASAS POPULARES


 1.      LAS MASAS POPULARES HACEN LA HISTORIA.

Las masas hacen la historia. Ellas han generado todo lo conquistado por la humanidad; y desde que existe la propiedad privada, las clases y el Estado, es la lucha de clases de las masas populares la fuerza motriz de la sociedad. El Presidente Mao dijo:
El pueblo, y sólo el pueblo, es la fuerza motriz que hace la historia mundial”.

Luis Emilio Recabarren, nuestro fundador, escribió:
El pueblo es la fuerza. El pueblo es el poder y es la ley”.
“El pueblo es más sabio y más poderoso. El pueblo triunfará. El pueblo es eterno. Los lacayos perecerán”.

Al referirse a los cambios en la sociedad, el Presidente Mao escribió:
“Los cambios que se producen en la sociedad se deben principalmente al desarrollo de sus contradicciones internas, es decir, las contradicciones entre las fuerzas productivas y las relaciones de producción, entre las clases y entre lo viejo y lo nuevo. Es el desarrollo de estas contradicciones lo que hace avanzar la sociedad e impulsa la sustitución de la vieja sociedad por la nueva”.

Y precisamente son las masas populares las que impulsan el desarrollo de estas tres contradicciones. En el caso de la primera, las masas trabajadoras manejan las fuerzas productivas y ellas mismas son la fuerza productiva principal. Con relación a la segunda contradicción, las masas populares constituidas en clases, derrocan a los opresores destruyendo las viejas relaciones de producción. Y respecto a la tercera, es a través de las revoluciones que las masas impulsan lo nuevo reemplazando lo viejo y podrido. Esta poderosa fuerza de las masas insurge por oleadas en la lucha de clases y el problema es organizarlas. Engels dijo:
En la política no existen más que dos fuerzas decisivas: la fuerza organizada del Estado, el ejército y la fuerza no organizada, la fuerza elemental de las masas populares”.

Y solo pueden ser organizadas para la conquista del poder con rumbo al comunismo, por la clase más revolucionaria de la historia, el proletariado internacional, que en cada país, actúa a través de su partido político, el Partido Comunista de nuevo tipo y militarizado.

 

2.      EL PROLETARIADO ES CLASE DIRIGENTE DE LA REVOLUCION.


El proletariado es la clase más revolucionaria y por tanto clase dirigente de la revolución, que garantiza el rumbo al comunismo. Y es el marxismo leninismo maoísmo la única ideología científica consecuente con este principio fundamental.

Marx en el Manifiesto Comunista planteó:
"De todas las clases que hoy se enfrentan con la burguesía, sólo el proletariado es una clase verdaderamente revolucionaria. Las demás clases van degenerando y desaparecen con el desarrollo de la gran industria; el proletariado, en cambio, es su producto más peculiar. Las capas medias -el pequeño industrial, el pequeño comerciante, el artesano y el campesino-, todas ellas luchan contra la burguesía para salvar de la ruina su existencia como tales capas medias. No son, pues, revolucionarias, sino conservadoras. Más todavía, son reaccionarias, ya que pretenden volver atrás la rueda de la historia. Son revolucionarias únicamente cuando tienen ante sí la perspectiva de su tránsito inminente al proletariado; defendiendo así, no sus intereses presentes, sino sus intereses futuros, cuando abandonan sus propios puntos de vista para adoptar los del proletariado".                                       

Y estableció las condiciones económicas que forjan al proletariado como la clase más revolucionaria.
Primero por su condición de clase despojada de toda propiedad sobre los medios de producción social. Por tanto es la única clase antagónica a la burguesía,
Las condiciones de existencia de la vieja sociedad están ya abolidas en las condiciones de existencia del proletariado. El proletariado no tiene propiedad”.

Segundo por el grado de concentración y la disciplina colectiva impuesta por la socialización del trabajo bajo dirección burguesa.
la industria, en su desarrollo, no sólo acrecienta el número de proletarios, sino que los concentra en masas considerables; su fuerza aumenta y adquieren mayor conciencia de la misma.
[A mayor concentración de masa es] “mayor la forma cooperativa del proceso de trabajo…la trasformación de los medios de trabajo en medios de trabajo utilizables sólo colectivamente.
Marx. El Capital.

Y dado que es la burguesía la que genera estas dos condiciones económicas de vida del proletariado, concluye Marx, que la burguesía crea a su propio sepulturero, al proletariado.

Por su parte Lenin demostró que con el imperialismo, la situación descrita por Marx se exacerba. Junto a la socialización del trabajo dentro de las fábricas, se desarrolla con los monopolios, la socialización de la producción fuera de ellas pero obviamente sin llegar a la socialización completa, pues solo se llega a ella con la revolución mundial. En la etapa imperialista del capitalismo, la posición del proletariado esencialmente es la misma que Marx expuso en la época previa al imperialismo. Así Lenin también planteó las condiciones económicas que lo preparan al proletariado como clase más revolucionaria,
El derrocamiento de la dominación de la burguesía sólo puede llevarlo a cabo el proletariado, como clase especial cuyas condiciones económicas de existencia le preparan para ese derrocamiento y le dan la posibilidad y la fuerza de efectuarlo”.

Condiciones económicas que lo preparan además como jefe de las masas populares,
Mientras la burguesía desune y dispersa a los campesinos y a todas las capas pequeñoburguesas, cohesiona, une y organiza al proletariado. Sólo el proletariado – en virtud de su papel económico en la gran producción– es capaz de ser el jefe de todas las masas trabajadoras y explotadas, a quienes con frecuencia la burguesía explota, esclaviza y oprime no menos, sino más que a los proletarios, pero que no son capaces de luchar por su cuenta para alcanzar su propia liberación”.

Estas condiciones económicas creadas por la burguesía, se limitan a preparar al proletariado dándole la fuerza y la posibilidad de ser clase dirigente. La transformación de ésta posibilidad en certeza, requiere de otros factores que están fuera de la esfera económica. Tales factores pertenecen a la superestructura, específicamente a la esfera política y son la ideología y el Partido político. Solo con estos factores el proletariado puede forjar los demás instrumentos de la revolución y organizar efectivamente a las masas populares, para derrocar a la burguesía, conquistar el poder y marchar hacia el comunismo. Por eso Lenin dijo que al proletariado le llega el marxismo desde afuera.
“Hemos dicho que los obreros no podían tener conciencia socialdemócrata [comunista]. Esta sólo podía ser traída desde fuera. La historia de todos los países demuestra que la clase obrera está en condiciones de elaborar exclusivamente con sus propias fuerzas sólo una conciencia tradeunionista [sindical], es decir, la convicción de que es necesario agruparse en sindicatos, luchar contra los patronos, reclamar al gobierno la promulgación de tales o cuales leyes necesarias para los obreros, etc. En cambio, la doctrina del socialismo ha surgido de teorías filosóficas, históricas y económicas elaboradas por intelectuales, por hombres instruidos de las clases poseedoras. Por su posición social, los propios fundadores del socialismo científico moderno, Marx y Engels, pertenecían a la intelectualidad burguesa”.

Dentro de la esfera económica el proletariado como clase, solo puede generar “espontáneamente” lucha económica y consciencia sindical, fuera de la esfera económica el proletariado genera “conscientemente” lucha política por el poder y conciencia comunista.   

El Presidente Mao, en base a su experiencia en la revolución China, especificó la posición del proletariado, dándonos la guía para comprender dicha posición en todo país atrasado.
Aunque débil numéricamente, el proletariado industrial representa las nuevas fuerzas productivas de China, es la clase más progresista de la China moderna y se ha convertido en la fuerza dirigente del movimiento revolucionario. Para apreciar la importante posición del proletariado industrial en la revolución china, basta con ver la fuerza que ha desplegado en las huelgas de los últimos cuatro años.

Especificó tres razones por las cuales el proletariado tiene dicha posición. Las dos primeras corresponden precisamente a las establecidas por Marx y Lenin, y la tercera es específica para un país atrasado como lo era China.
La primera razón por la cual los obreros industriales ocupan esta posición es su concentración. Ningún otro sector de la población está tan concentrado como ellos. La segunda razón es su baja condición económica. Privados de medios de producción, no poseen más que sus manos, ni tienen esperanza alguna de enriquecerse; [La tercera razón] además, son víctimas del más despiadado trato por parte de los imperialistas, los caudillos militares y la burguesía. A todo esto se debe su gran capacidad de lucha”.

Junto al proletariado industrial, resaltó la posición de los obreros portuarios y del proletariado rural. Sobre este último señaló:
La agricultura capitalista moderna está aún poco desarrollada en China. Con el término proletariado rural designamos a los asalariados agrícolas contratados por año, por mes o por día. Desprovistos de tierra, de herramientas de labranza y de fondos, sólo pueden subsistir vendiendo su fuerza de trabajo. De todos los trabajadores, ellos tienen la más larga jornada de trabajo, reciben los más bajos salarios y el peor trato, y están sujetos a la mayor inseguridad de empleo. Por ser los que sufren mayores privaciones en el campo, ocupan en el movimiento campesino una posición tan importante como los campesinos pobres”.

Pero no es todo. Debido a la condición compleja de las clases en un país atrasado, semifeudal y semicolonial como lo era China en ese tiempo, Mao precisó que en torno al proletariado industrial existía un semi-proletariado constituido por cinco categorías: campesinos semi-propietarios, campesinos pobres, pequeños artesanos, dependientes de comercio y vendedores ambulantes.
-          Las dos primeras categorías, los campesinos semi-propietarios y los campesinos pobres, constituían la mayoría en el campo en la que “el problema campesino es esencialmente su problema”.
-          Las tres primeras categorías, los campesinos semi-propietarios, los campesinos pobres y además los pequeños artesanos, se veían obligados a vender su fuerza de trabajo por temporadas.
-          La cuarta categoría, los dependientes de comercio, recibían un sueldo tan miserable que los hacía sobrellevar una existencia proletaria.
-          La quinta categoría, los vendedores ambulantes, poseían un “capital insignificante”, con ganancias que no les alcanzaban ni para ropa y vivienda, llevando también una existencia proletaria.

Esta situación material en que existía el semi-proletariado chino lo impulsó a la revolución. Finalmente el Presidente Mao sintetizó el papel de la clase obrera internacional, en todo tipo de país:
"El proletariado es la más grande clase en la historia de la humanidad. Es la clase revolucionaria más poderosa en lo ideológico, en lo político y por su fuerza; puede y debe unir en torno suyo a la aplastante mayoría para aislar al máximo al puñado de enemigos y atacarlo".


3.      EL PROLETARIADO EN CHILE. RECABARREN

La situación descrita del proletariado en China, es en extremo similar a la situación del proletariado chileno; esta similitud se explica porque nosotros ahora, como lo fue China en ese entonces, pertenecemos al conjunto de países semifeudales y semicoloniales explotados y oprimidos por el dominio imperialista a través del capitalismo burocrático. Recabarren que dedicó su vida completa a la educación, movilización y organización del proletariado chileno, confirma aquellos planteamientos a pesar de no haber conocido la obra del Presidente Mao. Denunció la feudalidad como base de la explotación capitalista que sufrían los obreros, al referirse al “sistema feudal y de esclavitud que hasta hoy impera en la región de las minas y el salitre” (1919). Subrayó la explotación de los obreros por el imperialismo:
vosotros los obreros de Chuquicamata sois considerados por vuestros demócratas patrones, como viles esclavos productores de oro para Estados Unidos, no para vuestra patria. Vuestros esclavizadores no os conceden ninguna libertad. La constitución chilena os garantiza el derecho de reunión y de asociación, el derecho de leer sin permiso y sin censura previa. Eso os garantiza en la letra la constitución nacional chilena. Pero los déspotas que gobiernan ese mineral han metido nuestra ley en las letrinas y se burlan de nuestro pueblo productor con la venia de las autoridades. El derecho a leer a reunión a asociación, habrá que conquistarlo en lucha franca y resuelta”, “ninguna enfermedad puede dañarnos tanto como la falta de libertad para vivir, a que quieren someternos, los yanquis, los demócratas”. (1919)

En el periodo de la fundación del Partido Comunista de Chile, Recabarren resaltó el papel del proletariado,
¡Solo el proletariado, con el poder politico en sus manos, puede hacer la felicidad social! Y con esta divisa hemos luchado y seguiremos luchando”. (1924)
Lo que queda claro de todo esto es lo que siempre hemos aconsejado: Que el proletariado sea una fuerza capaz de tomar en sus manos el poder, de conservarlo y de crear con ella las nuevas condiciones de la vida y la nueva organización social”. (1924)

Hoy en el periodo de la reconstitución del Partido Comunista de Chile, constatamos que el proletariado sufre la opresión y explotación del imperialismo, de la gran burguesía y terratenientes chilenos; que está estrechamente vinculado con la numerosa clase campesina, de la cual proviene; que una mayoría urbana de obreros y trabajadores está dispersa en la pequeña y mediana industria, soportando un régimen asalariado mezclado con métodos serviles propios de la feudalidad subsistente; que el resto de obreros y trabajadores está concentrado en la gran industria manufacturera y extractiva.
En la ciudad el proletariado posee una notable influencia sobre las capas inferiores de la pequeña burguesía, empujadas a la proletarización. Y en el campo, a través del proletariado rural más disperso pero más explotado que el industrial, está influyendo de manera creciente sobre el campesinado principalmente pobre que a su vez está obligado a la asalarización a través del trabajo temporal.

Las condiciones económicas de existencia fundamentales señaladas por Marx, Lenin y el Presidente Mao se presentan en el proletariado chileno de la siguiente manera.
Primero, es clase despojada de toda propiedad sobre medios de producción social, y cuando se ve obligada a trabajar con sus herramientas, estas no son un capital sino medios de subsistencia para él, pues sus ingresos no alcanzan para mantener un ‘fondo de reposición’; en cambio, esas herramientas son para su patrón medios de producción gratuitos, pues cuando se deterioren le bastará reemplazar al trabajador por otro con herramientas nuevas.
Segundo, es clase sometida a un grado de concentración y a diferentes grados de socialización del trabajo (disciplina de trabajo en equipo) en las fábricas, en la construcción y demás faenas del campo y ciudad, bajo el mando de mediocres funcionarios o capataces.
Y tercero, como clase generada por el capitalismo burocrático, es clase sobreexplotada, pues de la plusvalía robada, salen las ganancias para los tres parásitos: el imperialismo, la gran burguesía y los terratenientes.

Estas características hacen del proletariado chileno, la clase más revolucionaria y clase dirigente de la revolución democrático nacional y subsiguiente revolución socialista, clase que garantiza el rumbo al comunismo.

Solo el marxismo leninismo maoísmo es capaz de sostener consecuentemente esta condición de clase más revolucionaria, de clase dirigente y clase que garantiza el rumbo al comunismo, que históricamente tiene el proletariado internacional. Las demás posiciones son inconsecuentes y hasta contrarias, pues niegan dicha condición. El viejo revisionismo chileno declara que el partido comunista es un partido pluriclasista, los trotskistas, anarcos, allendistas y terceristas (guevaristas, etc.) afirman que no es lo mismo proletariado que clase obrera; que el proletariado incluye además otros sectores populares cuyo nivel de vida se va proletarizando; que en varias oportunidades son estos sectores populares los que han estado ejerciendo la dirección de los movimientos populares, bajo su consigna de “construir poder popular en la calle”. Todas estas posiciones expresan el afán del ala derecha de la pequeña burguesía por arrebatarle al proletariado la dirección de la revolución para venderla a cambio de puestos y favores en el viejo orden social, posiciones que son resonantes a la posición imperialista que desde hace años sostiene que el proletariado ya no existe, pues se ha reconvertido en microempresarios o técnicos que brindan “servicio de terceros”, que la fuerza de trabajo ya no es la fuente de la ‘riqueza’, de la plusvalía, y que la nueva fuente es el conocimiento tecnológico. Estas ridículas posiciones se estrellan contra la realidad, en la cual mientras siga existiendo el capitalismo, incluso bajo el ropaje de modernidad del nuevo milenio, continuarán vigentes las leyes sociales que lo rigen, descubiertas por Marx en el siglo XIX y profundizadas por Lenin y el Presidente Mao en el siglo XX.       



II.   LA LUCHA ECONOMICA Y LA LUCHA POLITICA POR EL PODER.

Las masas populares siempre luchan. El movimiento popular no puede ser destruido, porque es generado por las condiciones objetivas económicas de explotación burguesa. Luchar por demandas inmediatas es el estado natural de los “contratados” que reaccionan contra la pobreza, así como explotar y oprimir es el estado natural de los ‘contratantes’ que engendran esa pobreza. Pero esta lucha económica, es por sí misma incapaz de evolucionar a una lucha por la conquista del poder; hace falta la acción desde afuera, del ‘vacilo revolucionario’ como decía Lenin, para que esto ocurra. La comprensión cabal sobre cómo sirve la lucha por demandas inmediatas a la lucha por la conquista del poder requiere partir de los planteamientos del marxismo leninismo maoísmo.


1.   LOS PLANTEAMIENTOS DE MARX Y ENGELS


Marx plantea que el ámbito de la lucha económica es en síntesis el mercado laboral:
“La resistencia periódica que los obreros oponen a la rebaja de sus salarios y sus intentos periódicos por conseguir una subida de salarios, son fenómenos inseparables del sistema del trabajo asalariado y responden precisamente al hecho de que el trabajo se halla equiparado a las mercancías y, por tanto, sometido a las leyes que regulan el movimiento general de los precios”.
Marx. “Salario, precio y ganancia”.

El salario no es el precio del trabajo sino de la ‘fuerza de trabajo’, que es la mercancía que el obrero vende al patrón. La lucha entre oferta y demanda determina el precio de ésta mercancía. Esta ley del mercado se expresa en el mercado laboral como lucha económica del proletariado por el lado de la oferta y como imposición, por parte de la burguesía, de sus términos por el lado de la demanda. Una oferta mayor que la demanda disminuye el precio de la fuerza de trabajo, esta es la razón del desempleo.

El capitalismo burocrático chileno provoca el aumento de la oferta de mano de obra por tres medios principales. Mantiene la semifeudalidad para desarrollar un estrangulamiento permanente de la economía campesina, provocando migración constante del campesinado entre el campo y la ciudad. Segundo, siendo engendro del imperialismo, el capitalismo burocrático aplica planes imperialistas, que encarecen la educación privada destinada a los mandos altos de la empresa, e introduce su llamada “educación pública gratuita” universitaria para mandos medios, y su “educación público-privada gratuita” técnica (liceos, CFT, institutos profesionales, ingenierías de ejecución) para obreros calificados; de esta manera empuja a las juventudes populares, al mercado laboral obrero, a las condiciones de vida proletarias. Tercero, el encarecido nivel de vida urbano estrangula la vida familiar de los trabajadores, destruyendo sus hogares, cuya secuela son los tribunales familiares, para lanzar a las mujeres y niños al trabajo.
En cuanto a la demanda de trabajo, la gran burguesía controla directamente su demanda con la externalización de servicios y la flexibilidad laboral que permite reducir (despido por ‘termino de obra’ y jornada parcial) o ampliar (contratar nuevos o utilizar el margen obligatorio de horas extraordinarias de los viejos) el uso de mano de obra. La ciencia económica burguesa admite la necesidad de que haya un mínimo indispensable de desocupados, el 5% de la PEA. Una economía que haya llegado a ese porcentaje es denominada, economía de pleno empleo.

Si esta es la situación ventajosa para la burguesía en el mercado laboral, fuera de él lo es más, porque es la burguesía y no el obrero, quien fija el valor de la fuerza de trabajo antes de que el obrero llegue a ofrecerse al mercado. ¿Cómo manipula la burguesía el nivel del salario? El valor de la fuerza de trabajo, cuya expresión monetaria es el salario, está formado por dos elementos, uno físico y otro histórico social. Marx dice:

“Pero hay ciertos rasgos peculiares que distinguen el valor de la fuerza de trabajo o el valor del trabajo de los valores de todas las demás mercancías. El valor de la fuerza de trabajo está formado por dos elementos, uno de los cuales es puramente físico, mientras que el otro tiene un carácter histórico o social.”

Con relación al elemento físico del salario o límite mínimo.

“Su límite mínimo está determinado por el elemento físico; es decir, que para poder mantenerse y reproducirse, para poder perpetuar su existencia física, la clase obrera tiene que obtener los artículos de primera necesidad absolutamente indispensables para vivir y multiplicarse. El valor de estos medios de sustento indispensables constituye, pues, el límite mínimo del valor del trabajo”.

Este límite mínimo del valor de la fuerza de trabajo, es el salario mínimo, el cual depende del precio de los artículos de primera necesidad (canasta familiar). La gran burguesía chilena hace bajar los precios de la canasta familiar con las importaciones, para evitar la presión del pueblo por un alza general de salarios; y hace subir los precios cuando el alza general de salarios se ha producido, como ocurrió en los años noventa en que Frei elevó los salarios, y el siguiente gobierno, Lagos, se encargó de la suba de precios en la canasta familiar.

Con relación al elemento histórico social, dice Marx.

Además de este elemento puramente físico, en la determinación del valor del trabajo entra el nivel de vida tradicional en cada país. No se trata solamente de la vida física, sino de la satisfacción de ciertas necesidades, que brotan de las condiciones sociales en que viven y se educan los hombres.......
Este elemento histórico o social que entra en el valor del trabajo puede dilatarse o contraerse, e incluso extinguirse del todo, de tal modo que sólo quede en pie el límite físico. Durante la guerra antijacobina los honorables hacendados ingleses.... redujeron los jornales de los obreros del campo hasta por debajo de aquel mínimo estrictamente físico, completando la diferencia indispensable para asegurar la perpetuación física de la raza, mediante las Leyes de Pobres. Era un método glorioso para convertir al obrero asalariado en esclavo, y al orgulloso yeoman de Shakespeare en indigente”.

La burguesía en la actualidad llama a este elemento histórico social, ‘calidad de vida’. La gran burguesía chilena, dilata o contrae esta ‘calidad de vida’, utilizando el mercado y el crédito. La calidad de vida de las masas populares es mísera, comparada con la de las clases explotadoras. Y cuando los trabajadores después de cubrir lo indispensable para vivir, gastan el resto en las necesidades correspondientes a esa ‘calidad de vida’, surgen los guevaristas, miristas y anarcos acusando a la masa de consumismo. 
Si al salario mínimo le incorporamos la ‘calidad de vida’, se obtiene el salario básico que en Chile no es obligatorio pues cada empresa determina si lo da y fija cuanto da. Debido a que el oportunismo enquistado en la CUT, hace algunos años comenzó a exigir mínimos de 220, 230, 260, 320, fue que la iglesia intervino planteando un nuevo concepto: “el salario ético”, su objetivo era trasladar la polémica, del salario ‘mínimo’ al salario ‘básico’; pues este último no es obligatorio, depende del criterio del empresario, de su ética. La CUT levantó su consigna ‘salario digno para vida digna’, como si esto pudiese conseguirse bajo el imperio del viejo Estado. Debajo de este debate, el problema de fondo era cuanto más de lo indispensable debe ganar el trabajador para ‘mínimamente’ garantizar el pago de los créditos de las supertiendas y evitar un colapso del sistema financiero.
La parte del salario destinada a la ‘calidad de vida’ puede desaparecer llegando al límite físico mínimo, al salario mínimo con el que viven un gran sector de trabajadores. Incluso el salario puede descender por debajo de ese límite físico, sobreviniendo la degradación del sistema de vida de los afectados, degradación a la que la burguesía llama ‘precariedad’ y que para compensarla el viejo Estado terrateniente burgués decreta las ‘leyes de pobres’ como se llamaban en los tiempos de Marx, y que hoy se denominan ‘programas de asistencia social’ cuya razón no es humanitaria, sino muy material: la necesidad de garantizar la niñez de futuros trabajadores, por eso son programas aplicados con índices familiares (CASEN), pues es la familia popular, la unidad social encargada de perpetuar la especie trabajadora. A su vez, la iglesia se encarga de la indigencia haciendo del ‘hogar de cristo’ una empresa rentable (¡!) y la gran burguesía lo hace acogiéndose a los beneficios (¡!) de la ley de ‘Responsabilidad Social Corporativa’ (fundaciones).

En cuanto a la jornada de trabajo Marx dice:
Por lo que atañe a la limitación de la jornada de trabajo, lo mismo en Inglaterra que en los demás países, nunca se ha reglamentado sino por injerencia legislativa. Sin la constante presión de los obreros desde fuera, la ley jamás habría intervenido. En todo caso, este resultado no podía alcanzarse mediante convenios privados entre los obreros y los capitalistas. Esta necesidad de una acción política general es precisamente la que demuestra que, en el terreno puramente económico de lucha, el capital es la parte más fuerte”.

En Chile el gobierno dio la ley que sin haber sufrido presión alguna del proletariado ¡redujo! la jornada a 45 horas. El gobierno dijo: para que los trabajadores tengan tiempo para capacitarse y vean a sus hijos. Pero tenía un real doble objeto: preparar condiciones para aplicar un nuevo plan de transporte de la gran masa trabajadora, el Transantiago; el cual implicaba un aumento en el tiempo de traslado y en segundo lugar necesidad de elevar la productividad. Sobre esto último Marx, al comentar la reducción de jornada en Inglaterra decía:

da un enorme impulso al desarrollo de la fuerza productiva y a la economía de las condiciones de producción, obligando a la vez al obrero a gastar más trabajo en el mismo lapso, a elevar la tensión de la fuerza de trabajo, a llenar más densamente los poros del tiempo de trabajo ... la hora más intensiva de la jornada laboral de 10 horas contiene ahora tanto o más trabajo, es decir, fuerza de trabajo gastada, que la hora más porosa de la jornada laboral de 12 horas”.
Marx, El capital

En síntesis la lucha económica es la “presión constante” por aumento de salario y reducción de jornada; “en este terreno puramente económico de lucha, el capital es la parte más fuerte”, por lo que el proletariado se ve obligado a organizar movimientos cada vez más amplios, bajo la perspectiva de presionar con “acciones políticas generales”, es decir acciones de todo el conjunto de la clase y ya no de grupos aislados, por reivindicaciones de carácter nacional.

Las acciones políticas generales de toda la clase (un paro nacional por ejemplo), constituyen el movimiento político que genera la lucha económica. Marx dice:

“El movimiento político de la clase obrera tiene como último objetivo, claro está, la conquista del poder político para la clase obrera y a este fin es necesario, naturalmente, que la organización previa de la clase obrera, nacida en su propia lucha económica, haya alcanzado cierto grado de desarrollo.
Todo movimiento en el que la clase obrera actúa como clase contra las clases dominantes y trata de forzarlas ‘presionando desde fuera’, es un movimiento político. Por ejemplo, la tentativa de obligar mediante huelgas a capitalistas aislados a reducir la jornada de trabajo en determinada fábrica o rama de la industria es un movimiento puramente económico; por el contrario, el movimiento con vistas a obligar a que se decrete la ley de la jornada de ocho horas, etc. es un movimiento político. Así pues, de los movimientos económicos separados de los obreros nace en todas partes un movimiento político, es decir, un movimiento de la clase, cuyo objeto es que se de satisfacción a sus intereses en forma general, es decir, en forma que sea compulsoria para toda la sociedad”.
Carta de Marx a Bolte. 1871.
Llamamos lucha económica a las acciones de grupos aislados y locales de obreros y trabajadores frente a sus respectivos patrones aislados y locales. Llamamos lucha política por demandas inmediatas a la lucha económica del conjunto de la clase contra toda la clase capitalista, ejerciendo presión al viejo estado a que consagre en una ley sus demandas (salario mínimo, jornada de 8 horas, etc.). Este movimiento o lucha política por demandas generales, no es más que la expresión política de la lucha económica, que se desenvuelve dentro de los límites impuestos por el orden político y legal burgués; por lo que es incapaz por sí misma, de desbordar estos límites y pasar de las acciones políticas generales que presionan al viejo Estado, a un movimiento político revolucionario que lo destruya logrando su primera y fundamental reivindicación, el poder para el proletariado y las masas populares.

En Chile corresponde a este movimiento político general, el paro nacional del 13 de agosto del 2003, y después de esta fecha, los movimientos obreros por sector productivo: minería, puertos, forestales, salmoneras y otros movimientos no proletarios, como las luchas nacionales estudiantiles de 1997, 2001 y 2006, la oleada del campesinado mapuche de 1997, los paros nacionales de empleados públicos y gendarmería. El hecho de que después del paro del 2003, no se haya logrado vertebrar una nueva ‘acción política general’, y que las masas trabajadoras se han visto obligadas a abrirse paso con movimientos de carácter sectorial, demuestra el papel siniestro del oportunismo en la CUT que frena las luchas. Aun así, las masas se movilizan y son reprimidas; y después son desmovilizadas por dirigentes que asisten a la transacción de puertas cerradas o a la instalación de mesas de dialogo con prolongados plazos. En una palabra, las costras dirigenciales ponen los movimientos en manos de la política demoliberal del gobierno.

¿Cómo vincular la lucha económica con lucha política por la conquista del poder? “desarrollando la organización que resulta del movimiento” tal como lo señala Marx, en función de la conquista del poder, labor que le corresponde al partido del proletariado. Por el contrario el oportunismo y revisionismo, utiliza la lucha política por demandas en función de sus objetivos electoreros, resistiéndose a abandonar el ámbito político de las clases explotadoras; sembrando esperanzas en que las leyes, el viejo Estado podrían resolver nuestros problemas.

Para desarrollar la organización que resulta del movimiento económico, es necesario aplicar la línea de clase establecida por Marx: 

“Pero si la tendencia de las cosas, dentro de este sistema, es tal, ¿quiere esto decir que la clase obrera debe renunciar a defenderse contra las usurpaciones del capital y cejar en sus esfuerzos por aprovechar todas las posibilidades que se ofrezcan para mejorar temporalmente su situación? Si lo hiciese, variase degradada en una masa uniforme de hombres desgraciados y quebrantados, sin salvación posible. Creo haber demostrado que las luchas de la clase obrera por el nivel de los salarios son episodios inseparables de todo el sistema de salarios, que en el 99% de los casos sus esfuerzos por elevar los salarios no son más que esfuerzos dirigidos a mantener en pie el valor dado del trabajo, y que la necesidad de forcejear con el capitalista acerca de su precio va unida a la situación del obrero, que le obliga a venderse a sí mismo como una mercancía. Si en sus conflictos diarios con el capital cediesen cobardemente, se descalificarían sin duda para emprender movimientos de mayor envergadura. Al mismo tiempo, y aun prescindiendo por completo del esclavizamiento general que entraña el sistema de trabajo asalariado, la clase obrera no debe exagerar ante sus propios ojos el resultado final de estas luchas diarias. No debe olvidar que lucha contra sus efectos, pero no contra las causas de estos efectos; que lo que hace es contener el movimiento descendente, pero no cambiar su dirección; que aplica paliativos, pero no cura la enfermedad. No debe por tanto, entregarse por entero a esta inevitable guerra de guerrillas, continuamente provocada por los abusos incesantes del capital o por las fluctuaciones del mercado. Debe comprender que el sistema actual, aun con todas las miserias que vuelca sobre ella, engendra simultáneamente las condiciones materiales y las formas sociales necesarias para la reconstrucción económica de la sociedad. En vez del lema conservador de ‘un salario justo por una jornada de trabajo justa’, deberá inscribir en su bandera esta consigna revolucionaria: abolición del sistema de trabajo asalariado’.”

“las tradeuniones [sindicatos] trabajan bien como centros de resistencia contra las usurpaciones del capital. Fracasan, en algunos casos, por usar poco inteligentemente su fuerza. Pero en general, son deficientes por limitarse a una guerra de guerrillas contra los efectos del sistema existente, en vez de esforzarse, al mismo tiempo, por cambiarlo, en vez de emplear sus fuerzas organizadas como palanca para la emancipación definitiva de la clase obrera; es decir, para la abolición definitiva del sistema de trabajo asalariado”.

Marx. Salario, precio y ganancia.

Marx establece así los puntos generales que constituyen la Línea de Clase que debe aplicarse en la lucha por demandas inmediatas, con el objeto de transformar esa lucha en un movimiento por la reivindicación fundamental: el poder político. Tales puntos son:

§  Defensa de la masa contra las usurpaciones del capital
§  Aprovechar todas las posibilidades para mejorar temporalmente su situación
§  Toda organización gremial es un centro de resistencia contra las usurpaciones del capital
§  Emplear estas fuerzas organizadas como palanca para la emancipación definitiva enarbolando la abolición del sistema de trabajo asalariado

En síntesis la lucha económica genera espontáneamente un movimiento político que presiona al gobierno por demandas inmediatas, pero es incapaz de plantearse por sí mismo, la conquista del poder. Los revolucionarios deben inculcar la línea de clase en este movimiento transformándolo en la resistencia a la explotación y en palanca para la conquista del poder.

2.  LOS PLANTEAMIENTOS DE LENIN


A partir de lo planteado por Marx, Lenin precisó que la lucha económica espontanea no va más allá de la presión al gobierno, porque un movimiento así, está sumergido en las escaramuzas por las demandas específicas, y no ve la lucha de clases general de todo el país. Y porque el oportunismo y la propia burguesía hacen todo lo posible para que no lo haga.
“la espontaneidad de los obreros se deja ‘llevar por el argumento de que conseguir aumentos de un kopek por rublo estaba más cerca y valía más que todo socialismo y toda política’.
Las frases de este tipo han sido siempre el arma favorita de los burgueses de Europa Occidental que, en su odio al socialismo, se esforzaban por trasplantar el tradeunionismo inglés a su suelo patrio, diciendo a los obreros que la lucha exclusivamente sindical es una lucha para ellos mismos y para sus hijos, y no para imprecisas generaciones futuras con un impreciso socialismo futuro”.

Que en esta inevitable y necesaria lucha por demandas inmediatas, los obreros luchan como obreros, los campesinos como campesinos, la pequeña burguesía como tal; pero que se hace necesario contar con elementos capaces de luchar como algo más que pertenecer a su propia clase, que deben ser además y principalmente revolucionarios, formando destacamentos especiales, capaces de apreciar el panorama de la lucha de clases general del país y de convocar a las masas para atravesar este panorama hacia la conquista del poder. Lenin detalla que son estos elementos de vanguardia forjados en la comprensión de la lucha de clases general, los que sistematizan la ideología marxista y la introducen en el movimiento obrero.

“La historia de todos los países demuestra que la clase obrera está en condiciones de elaborar exclusivamente con sus propias fuerzas sólo una conciencia tradeunionista, es decir, la convicción de que es necesario agruparse en sindicatos, luchar contra los patronos, reclamar al gobierno la promulgación de tales o cuales leyes necesarias para los obreros, etc. En cambio, la doctrina del socialismo ha surgido de teorías filosóficas, históricas y económicas elaboradas por intelectuales, por hombres instruidos de las clases poseedoras. Por su posición social, los propios fundadores del socialismo científico moderno, Marx y Engels, pertenecían a la intelectualidad burguesa. De igual modo, la doctrina teórica de la socialdemocracia ha surgido en Rusia independiente por completo del crecimiento espontáneo del movimiento obrero, ha surgido como resultado natural e ineludible del desarrollo del pensamiento entre los intelectuales revolucionarios socialistas”.
“Esto no quiere decir, naturalmente, que los obreros no participen en esa elaboración. Pero no participan como obreros, sino como teóricos del socialismo”
Lenin. ¿Qué hacer?

Plantea que el surgimiento de estos destacamentos organizados en Partido, hace que la presión al gobierno por demandas inmediatas, de ser un progreso respecto a las antiguas acciones aisladas de los obreros, se convierta en algo viejo respecto a las acciones organizadas para conquistar el poder. Y por tanto, la lucha por demandas inmediatas que no cesa, sienta la base para el desarrollo de dos caminos o políticas opuestas en el movimiento obrero y por ende en el movimiento popular.
Un camino incentiva la lucha por demandas inmediatas limitándola a ejercer presión sobre el viejo Estado; es la política burguesa del movimiento obrero y popular, que forja una conciencia sindicalera, pancista, que solo aprecia el corto plazo, la mejora inmediata pero temporal.
“El movimiento obrero espontáneo sólo puede crear por sí mismo el tradeunionismo (y lo crea de manera inevitable), y la política tradeunionista de la clase obrera no es otra cosa que la política burguesa de la clase obrera. La participación de la clase obrera en la lucha política, e incluso en la revolución política, en modo alguno convierte aún su política en una política socialdemócrata”.

Que en este camino confluyen las diversas corrientes sindicales contrarias al marxismo. Como hoy las tenemos en Chile: sindicalismo ‘libre’ del imperialismo y la gran burguesía, sindicalismo cristiano de la pastoral obrera y de la CAT; y en torno a la CUT, sindicalismo social cristiano de la DC, sindicalismo pluralista del falso pc revisionista, sindicalismo social democrático del ps, sindicalismo revolucionario de los indefinidos anarquizantes (fpmr, asamblea del pueblo, mir, etc.).

“Si entendemos por política la política tradeunionista, es decir, la aspiración común de todos los obreros de arrancar al Estado tales o cuales medidas contra las calamidades propias de su situación, pero que no acaban aún con esa situación, o sea, que no suprimen el sometimiento del trabajo al capital [entonces] esta aspiración es en verdad común tanto a los tradeunionistas ingleses, enemigos del socialismo, como a los obreros católicos, a los obreros "zubatovistas", etc.”

Precisó Lenin que el otro camino incentiva la lucha por demandas inmediatas para elevarla a la necesidad de destruir el viejo Estado, de conquistar el poder; es la política proletaria del movimiento obrero que forja la conciencia revolucionaria, que busca con pasión y cabeza fría, la mejora definitiva, la solución completa de los problemas de la sociedad.

“La lucha económica adquiere a menudo un carácter político de manera espontánea, es decir, sin la intervención de los ‘intelectuales’, que son el ‘bacilo revolucionario’, sin la intervención de los socialdemócratas conscientes.... la tarea de los socialdemócratas no se limita a la agitación política en el terreno económico: su tarea es transformar esa política tradeunionista en lucha política socialdemócrata, aprovechar los destellos de conciencia política que la lucha económica ha hecho penetrar en los obreros para elevar a éstos al nivel de conciencia política socialdemócrata”.

Que no se trata de darle carácter político a la lucha económica pues esta ya lo tiene, se trata de elevar este carácter político que tiene la lucha económica por demandas, a política por el poder. 

“La lucha económica ‘hace pensar’ a los obreros sólo en las cuestiones concernientes a la actitud del gobierno ante la clase obrera; por eso, por más que nos esforcemos en ‘dar a la lucha económica misma un carácter político’, jamás podremos, en los límites de esta tarea, desarrollar la conciencia política de los obreros (hasta el grado de conciencia política socialdemócrata), pues los propios límites son estrechos”.

Y especificó como debe trabajar el Partido, como se concibe un militante comunista, la propaganda comunista, y las tareas de movilizar, organizar y politizar a las masas. Veamos cada una de estas cuestiones fundamentales en palabras de Lenin.

Sobre como el Partido debe partir de la lucha de clases general y trabajar en todas las clases:

“Al obrero se le puede dotar de conciencia política de clase sólo desde fuera, es decir, desde fuera de la lucha económica, desde fuera del campo de las relaciones entre obreros y patronos. La única esfera de que se pueden extraer esos conocimientos es la esfera de las relaciones de todas las clases y sectores sociales con el Estado y el gobierno, la esfera de las relaciones de todas las clases entre sí. .... Para aportar a los obreros conocimientos políticos, los socialdemócratas deben ir a todas las clases de la población, deben enviar a todas partes destacamentos de su ejército”.

Sobre cómo debe ser el comunista, el revolucionario:
“el secretario de cualquier tradeunión inglesa., por ejemplo, ayuda siempre a los obreros a sostener la lucha económica, organiza la denuncia de los abusos en las fábricas, explica la injusticia de las leyes y disposiciones que restringen la libertad de huelga y la libertad de colocar piquetes cerca de las fábricas (para avisar a todos que en la fábrica dada se han declarado en huelga), explica la parcialidad de los árbitros pertenecientes a las clases burguesas del pueblo, etc., etc. En una palabra, todo secretario de tradeunión sostiene y ayuda a sostener ‘la lucha económica contra los patrones y el gobierno’. Y jamás se insistirá bastante en que esto no es aún socialdemocracia, que el ideal del socialdemócrata no debe ser el secretario de tradeunión, sino el tribuno popular, que sabe reaccionar ante toda manifestación de arbitrariedad de opresión, dondequiera que se produzca y cualquiera que sea el sector o la clase social a que afecte; que sabe sintetizar todas estas manifestaciones en un cuadro único de la brutalidad policíaca y de la explotación capitalista; que sabe aprovechar el hecho más pequeño para exponer ante todos sus convicciones socialistas y sus reivindicaciones democráticas, para explicar a todos y cada uno la importancia histórica universal de la lucha emancipadora del proletariado”.

Sobre cómo debe entenderse la propaganda y la agitación:
“las denuncias económicas (fabriles) han sido y son un resorte importante de la lucha económica. Y seguirán conservando esta importancia mientras exista el capitalismo, que origina necesariamente la autodefensa de los obreros”.
“se convierten en punto de partida para despertar la conciencia de clase, para iniciar la lucha sindical y la difusión del socialismo”
“las denuncias no se referían más que a las relaciones de los obreros de un oficio determinado con sus patronos respectivos, y lo único que lograban era que los vendedores de la fuerza de trabajo aprendieran a vender a mejor precio esta ‘mercancía’ y a luchar contra los compradores en el terreno de las transacciones puramente comerciales. Estas denuncias podían convertirse (siempre que las aprovechara en cierto grado la organización de los revolucionarios) en punto de partida y elemento integrante de la actividad socialdemócrata, pero podían conducir también (y, con el culto a la espontaneidad, debían conducir) a la lucha ‘exclusivamente sindical’ y a un movimiento obrero no socialdemócrata. La socialdemocracia dirige la lucha de la clase obrera no sólo para conseguir ventajosas condiciones de venta de la fuerza de trabajo, sino para destruir el régimen social que obliga a los desposeídos a venderse a los ricos. La socialdemocracia representa a la clase obrera en sus relaciones no sólo con un grupo determinado de patronos, sino con todas las clases de la sociedad contemporánea, con el Estado como fuerza política organizada. Se comprende, por tanto, que, lejos de poder limitarse a la lucha económica, los socialdemócratas no pueden ni admitir que la organización de denuncias económicas constituya su actividad predominante. Debemos emprender una intensa labor de educación política de la clase obrera, de desarrollo de su conciencia política”.

Sobre la movilización por demandas inmediatas:

“sólo la lucha económica, que solo la lucha por un mejoramiento directo e inmediato de su situación, es capaz de poner en movimiento a las capas más atrasadas de las masas explotadas, de educarlas verdaderamente y convertirlas -en época de revolución en el curso de unos pocos meses, en un ejército de luchadores políticos”

Sobre la organización con línea de clase:

"El principio fundamental, el primer precepto de todo movimiento sindical, consiste en lo siguiente: no confiar en el `Estado', confiar únicamente en la fuerza de su clase. El Estado es la organización de la clase dominante... ¡No confiéis en las promesas, confiad únicamente en la fuerza de la unión y de la conciencia de vuestra clase!"
"Nadie ayudará a los pobres si permanecen aislados. Ningún `Estado' ayudará al obrero asalariado del campo, al brasero, al jornalero, al campesino pobre, al semiproletario, y si él mismo no se ayuda. El primer paso para ello es la organización clasista independiente del proletariado agrícola"

Sobre la politización en medio de la lucha:

“Solo la lucha educa a la clase explotada, sólo la lucha le descubre el volumen de su fuerza, amplía sus horizontes, eleva su capacidad, aclara su inteligencia y forja su voluntad”

Sintetizando: las condiciones económicas de explotación burguesa, originan bajo circunstancias diferentes tanto la lucha por demandas inmediatas, como la lucha por la conquista del poder. La primera surge de la lucha de clases especifica del régimen asalariado; la segunda de la lucha de clases general de toda la sociedad. Los revolucionarios deben hacer de la lucha por demandas inmediatas, un medio por el cual las masas comprendan la necesidad de conquistar el poder, y se decidan progresivamente a hacerlo. La esencia de un Partido Comunista radica en tomando como guía la ideología marxista, partir de la lucha de clases general y trabajar en todas las clases y sectores de las masas populares en función de los objetivos. El papel de un militante comunista es el de un “tribuno popular” capaz de explicar cualquier conflicto social desde el cuadro de conjunto de la lucha de clases internacional y nacional, y no limitarse a la acción sindicalera que enreda a las masas en los detalles jurídicos de las demandas específicas.   


3.  PLANTEAMIENTOS DEL PRESIDENTE MAO


Partiendo de que la ideología, la política y su partido son el verdadero poder del proletariado, el Presidente Mao detalló la necesidad histórica de la ideología marxista.

“Durante un período muy largo en la historia, el hombre se vio circunscrito a una comprensión unilateral de la historia de la sociedad, ya que, por una parte, las clases explotadoras la deformaban constantemente debido a sus prejuicios, y, por la otra, la pequeña escala de la producción limitaba la visión del hombre. Sólo cuando surgió el proletariado moderno junto con gigantescas fuerzas productivas (la gran industria), pudo el hombre alcanzar una comprensión global e histórica del desarrollo de la sociedad y transformar este conocimiento en una ciencia, la ciencia del marxismo”.

Estableció la necesidad de la lucha por demandas inmediatas en función de la conquista del poder.

“debemos prestar profunda atención a los problemas relativos a la vida de las masas, desde los problemas de la tierra y el trabajo hasta los del combustible, el arroz, el aceite y la sal. .... Todos estos problemas relativos a la vida de las masas deben figurar en nuestro orden del día. Es preciso discutirlos y adoptar decisiones sobre ellos, ponerlas en práctica y verificar sus resultados. Debemos ayudar a las masas a comprender que nosotros representamos sus intereses y vivimos la misma vida que ellas. Debemos ayudarlas a que, partiendo de estas cosas, lleguen a la comprensión de las tareas aún más elevadas que hemos planteado, las de la guerra revolucionaria, de manera que apoyen la revolución, la extiendan por todo el país y, respondiendo a nuestros llamamientos políticos, luchen hasta el fin por la victoria de la revolución”.

Planteó como principio básico para organizar a las masas, el principio de la violencia revolucionaria.

"la tarea central y la forma superior de una revolución es la toma del Poder por medio de las armas, es la solución del problema por medio de la guerra. Este principio marxista-leninista de la revolución tiene validez universal, tanto en China como en los demás países"

Resaltó que todas las formas de lucha y organización son necesarias y que sirven a la forma principal de lucha y de organización, especificando estas en un país atrasado.

"En China, la forma principal de lucha es la guerra y la forma principal de organización el ejército. Todas las demás formas como las organizaciones y luchas de masas populares, son también muy importantes y absolutamente indispensables, y de ningún modo deben se dejadas de lado, el objetivo de todas ellas es servir a la guerra. Antes del estallido de la guerra todas las organizaciones y luchas tienen por finalidad prepararla,... Después del estallido de una guerra, todas las organizaciones y luchas se coordinan de modo directo o indirecto con la guerra."

Y definió el esquema fundamental para la construcción del Partido.

"El que sea correcta o no la línea ideológica y política lo decide todo. Cuando la línea del Partido es correcta, lo tenemos todo; si no tenemos hombres, los tendremos; si no tenemos fusiles los conseguiremos, y si no tenemos el poder, lo conquistaremos. Si la línea es incorrecta, perderemos lo que hemos conquistado."


III

LA LINEA DE CLASE EN EL MOVIMIENTO DE OBREROS
Y TRABAJADORES CLASISTAS


Partiendo de las tesis expuestas por Marx, Lenin y el Presidente Mao, y suscribiendo los planteamientos de José Carlos Mariátegui, presentamos un esquema sobre la línea de clase en el movimiento de obreros y trabajadores.

Dos caminos se enfrentan en nuestro país, el camino democrático del pueblo y el camino burocrático de la gran burguesía, los terratenientes y el imperialismo. El movimiento de obreros y trabajadores es parte del camino democrático. El carácter clasista de este movimiento, se basa en dos principios fundamentales: el principio de la unidad proletaria y el principio clasista. Sobre esta base se han definido históricamente los “deberes básicos” o programa clasista del movimiento de obreros y trabajadores.


LA UNIDAD PROLETARIA Y EL FRENTE UNICO.

La unidad proletaria es la incorporación de las masas trabajadoras a la lucha contra la reacción y el revisionismo, aplicando una política de frente único. ¿Qué se entiende por espíritu o política de frente único?  

1.      Partir de los problemas concretos y necesidades urgentes de las masas. “Formar un frente único es tener una actitud solidaria ante un problema concreto, ante una necesidad urgente” (Mariátegui).
2.      Sistematizar los problemas concretos y necesidades en un Programa de lucha. “El programa del frente único considera exclusivamente la realidad inmediata, fuera de toda abstracción y de toda utopía”, “No significa la confusión ni la amalgama de todas las doctrinas en una doctrina única” (Mariátegui)
3.      Luchar por el programa elaborado. “El Frente único... es una acción contingente, concreta, práctica”, “cada cual debe trabajar por su propio credo. Pero todos deben sentirse unidos por la solidaridad de clase, vinculados por la lucha contra el adversario común” (Mariátegui).

LA LINEA DE CLASE Y LA ORGANIZACIÓN CLASISTA 

La unidad proletaria requiere de una organización clasista (sindicatos, comités o nuevas formas de organización) basada en la línea de clase. Una organización clasista “constituye fundamental y exclusivamente, un órgano de clase” (Mariátegui) que exige a sus afiliados la sola aceptación del principio clasista. El principio clasista es el reconocimiento de la existencia de clases explotadoras y clases explotadas, y que en esta objetiva lucha de clases tomamos partido por las clases explotadas en la lucha por sus intereses comunes.
Por lo tanto toda organización clasista es una organización de frente único del pueblo, en la que “la praxis, la táctica, dependen de la corriente que predomine en su seno. Y no hay porqué desconfiar del instinto de las mayorías” (Mariátegui), por el contrario debemos tener confianza en las masas y aplicar nuestro trabajo en las organizaciones de obreros y trabajadores, a partir de nuestro programa clasista, especificado para los sectores de nuestro trabajo de masas.


EL PROGRAMA CLASISTA

El Programa clasista en general, debe por lo menos especificar, los siguientes puntos o “deberes básicos”, elaborados por Mariátegui:

1.   Trabajar por formar en la mayoría del proletariado conciencia de clase y sentimiento de clase. La conciencia de clase es la solidaridad disciplinada con las reivindicaciones de la clase trabajadora. “No hay solidaridad sin disciplina”.
2.      Cumplir el “deber de sembrar gérmenes de renovación y de difundir ideas clasistas”
3.      “Alejar al proletariado de las asambleas amarillas y de las falsas ‘instituciones representativas’”
4.      “Luchar contra los ataques y las represiones reaccionarias”
5.      “Defender la tribuna, la prensa y la organización proletaria”
6.   “Sostener las reivindicaciones de la esclavizada y oprimida raza indígena”, del campesinado principalmente pobre.
7.      Educarnos en Elevar nuestras luchas reivindicativas por sobre el simple “deseo de mejoramiento, el apetito de bienestar”, contra la “mentalidad sanchopancesca y el espíritu poltrón”. “Un proletariado sin más ideal que la reducción de las horas de trabajo y el aumento de los centavos del salario, no será nunca capaz de una gran empresa histórica”.
8.      Trabajar por la “gran empresa histórica”: la revolución social. Es decir desarrollar lucha reivindicativa en función de la meta del proletariado y del pueblo chileno que es la conquista del poder.
9.      Trabajar por la unidad proletaria.

LA LUCHA REIVINDICATIVA Y LA CONQUISTA DEL PODER.

La lucha económica, la lucha sindical, debe desarrollarse en función de la reivindicación fundamental del pueblo que es la conquista del poder; lo que especificado para nuestra situación actual significa impulsar la lucha económica, el trabajo de masas, en función de preparar e iniciar la guerra popular. El camarada Gonzalo planteó:

“Marx nos decía en el siglo pasado, los sindicatos al comienzo han sido simple agremiación para defenderse económicamente, ése es su pasado; su presente es ya organizarse más y desarrollarse políticamente y su futuro servir a la conquista del Poder. Eso ya nos dijo Marx; entonces el problema cuál es, cómo combinamos las dos luchas, la lucha por la reivindicación que es una guerra de guerrillas como nos dijo el propio Marx: la lucha por el salario, por la jornada, las condiciones de trabajo y otros derechos que desarrolla la clase, el proletariado y el pueblo y se lanza a una huelga es una guerra de guerrillas en la cual no solamente lucha por una cuestión concreta económica o política, si es de interés general, sino que se está preparando para los grandes momentos por venir y ésa es su esencia histórica fundamental; entonces nuestro problema cuál es, compaginar la lucha reivindicativa con la conquista del Poder, a eso le llamamos desarrollar el trabajo de masas en y para la guerra popular”.
“La entrevista del Siglo”. Presidente Gonzalo. 1988.


Esta es nuestra orientación fundamental en el periodo actual.




Partido Comunista de Chile
Chile, septiembre, 2018